Los pasados
días 2 y 3 de marzo se celebró una feria en la que el aceite fue el
protagonista. Más de una decena de puestos nacionales e internacionales se
dieron cita en IFEMA, en un encuentro entre productores, distribuidores,
comerciantes, etc. De uno de los sectores más importantes.
En este
evento cargado de catas, conferencias, y diversas actividades, pude conocer de
primera mano todo lo relacionado con este mundo. El aceite supone un alimento
básico en las cocinas españolas, por lo que es importante aprender cómo se
elabora y cuál es el mejor para degustar.
Pero, ¿sabemos
realmente lo que consumimos? Poca gente conoce lo que hay detrás de las
etiquetas de aceite que encontramos en los supermercados y muy pocos saben lo
que esconde el marketing de estos productos. Los usuarios estamos poco formados
en distinguir y reconocer los diferentes tipos de aceite que existen, su
elaboración, embotellado…. En definitiva, compramos aquél que tiene menor coste
sin pensar que los aceites de calidad tienen un precio mayor porque su proceso
de elaboración es más difícil y su producción menor.
En este
sentido, cabe destacar que el ‘aceite de oliva suave o intenso’ no es más que
un aceite refinado. Según explicaciones de varios productores de la feria, se
trata de un aceite que ha sufrido un tratamiento químico en su producción y se
mezcla con uno de oliva virgen extra para conservar su sabor y su olor.
El embotellamiento
también es importante para su buena conservación. El aceite de calidad se
encuentra en aquellos recipientes de cristal o vidrio oscuro que mantienen sus
propiedades correctamente.
Por otro lado, la moda de los aceites ecológicos está elevando las ventas del sector, que
aumentan cada año. Este hecho hace que muchos productores quieran llevar a cabo
un proceso ecológico para aumentar sus ventas o cubrir las necesidades de la
demanda, pero algunos especialistas de la feria explicaban la cantidad de
requisitos para poder etiquetar las botellas como ‘ecológicas’, establecidos
por el Reglamento de la Unión Europea y certificado en las Comunidades
Autónomas por diferentes organismos. Estos requisitos suponen un elevado gasto que
muchos no se pueden permitir, aunque realicen su producción con procesos
respetuosos con el medio ambiente a través de abonos específicos y de evitar
productos químicos en el cultivo y producción de aceite.
En
conclusión, debemos ser consumidores activos y preocuparnos por todo aquello
que adquirimos. Elegir un buen aceite hace que cuidemos nuestra salud con la
alimentación, por lo que hay que saber buscar y conocer la calidad. A veces, lo
barato sale caro y es importante saber que el aceite de oliva virgen extra es, sencillamente,
zumo de aceituna.
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